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El vínculo entre lo gastronómico y el periodismo es bien longevo. Si bien, desde los últimos años viene observándose un boom de «lo gastro» tanto en medios como en la sociedad, que ha requerido de cierta regulación desde lo institucional. Desde su aparición en 2010, El Comidista, dirigido por el periodista musical (reconvertido a periodista gastronómico) Mikel López Iturriaga, ha sabido consolidar un espacio propio que ha trascendido el propio rotativo de El País en que se insertaba originariamente, y se ha convertido en un portal propio sobre cultura gastronómica: de lejos el más seguido en España. Además, se crea un relato multiplataforma, que ha generado, como consecuencia, un boom con hasta cuatro libros diferentes editados (Plaza & Janés), varios programas de televisión, y algunos de los fenómenos virales que han contribuido a fijar en el ya de por sí complejo panorama audiovisual actual, la rama de la gastronomía. Pero, aunque posee algunas características novedosas, no es un fenómeno inédito en su conjunto, pues está construido sobre una serie de ítems gastronómicos, institucionales y mediáticos previos que se nos antoja interesante analizar en sus múltiples dimensiones.