Alberto Horacio Prebisch nació en Tucumán el 1 de febrero de 1899 y murió en Buenos Aires en 970. Fue hijo de Albin Prebisch y Rosa Linares Uriburu. Esa dualidad racial “germánicolatina”, otorgó, según su amigo Horacio Butler, una serie de conflictos internos entre la racionalidad y el romanticismo; entre la contemplación y la acción, que fue resolviendo a través de su obra. Sin embargo, los dilemas de Alberto Prebisch (AP) van más allá de sus filiaciones familiares y se inscriben en los debates propios del medio arquitectónico argentino de las primeras décadas de este siglo. Prebisch forma parte de una generación que se siente responsable por los rumbos que debe adoptar la arquitectura, en consonancia con la “nueva sensibilidad” que imponen los tiempos.
Advertencia. Este artículo debe considerarse aún como una primera puesta a punto de materiales y de hipótesis, que requieren de desarrollos posteriores. Agradezco a la señora esposa de Prebisch, Mercedes Lerena ya su hijo Horacio, que pusieron generosamente a disposición los documentos de su Archivo personal. También mi reconocimiento a Mónica Rojas, con quien comparti las etapas iniciales de la investigación, a Daniel Schavelzon por sus aportes de documentos e ideas ya Mario Sabugo por sus comentarios críticos.