X. MARTÍNEZ RUIZ PRESENTACIÓN. EDUCACIÓN VIRTUAL: CONSIDERACIONES ÉTICAS Y SEMÁNTICAS…[PP. 9-14] y de cuidado a la vida y al entorno. Un vacío de esta naturaleza anima la confusión expresada en el consumo, en el lenguaje, en el uso desmedido de dispositivos inteligentes, en la ruptura de la privacidad y el sinsentido de las imágenes expuestas en las redes sociales, que no corresponden con la realidad.¿ Qué significó para la humanidad el desarrollo de un tipo de tecnología cuyos elementos clave son los datos y la información? En esta combinación de elementos hay relaciones y dependencias que nos deben alertar, no sólo en nuestro tiempo, sino para el futuro; pensemos que hoy se producen más datos que en ningún otro momento de la historia, todos ellos animan una esfera de información y conectividad que, debido al grado de nuestra inmersión, a veces no percibimos. Si bien el latín datum simplemente se refería a “algo dado” y fue el antecedente etimológico de la palabra dato, eso dado se relacionó primordialmente con la información. El cambio en las relaciones de producción y la acumulación de riqueza ocurridos con la Revolución Industrial generaron una transformación de las relaciones sociales. Algo similar se está dando hoy con la tecnología de la información y la comunicación. Todo ello ha perfilado uno de los grandes negocios de nuestro tiempo: el manejo, la acumulación y el uso de datos e información, que son esenciales para construir ambientes educativos virtuales donde la información y su rapidez de traslado han sido claves para la construcción de un aula virtual. El gran negocio de los datos y la información aumenta con algunos síntomas claros, como su apropiación y manejo, lo cual es un gran riesgo. No obstante, abre simultáneamente posibilidades de ofrecer esa información/formación de manera masiva, como en el caso de los cursos colectivos en línea o de la democratización del acceso a la cultura y al patrimonio humanos.
La presencia tecnológica en nuestra vida y el interés por lo que parece intangible–los datos y la información–significan una revolución causada y catapultada por avances técnicos cuyo ritmo de actualización ha disminuido el costo de los dispositivos, pero acelerado el mecanismo de consumo por parte de los usuarios.¿ Acaso esto no presenta nuevos retos para la idea del Estado-Nación como algo delimitado por fronteras, o bien, para el control político y social de la información y los datos? Si la Internet ha tendido hacia una disolución de fronteras comunicativas y cada vez más información se puede recuperar, manejar y difundir sin el control del Estado¿ no anuncia esto la necesidad de reconfigurar a este último? En otras palabras, el Estado contemporáneo–inmerso en las tecnologías de la comunicación y la información–está llamado a construir una cultura digital amplia, donde el acceso a la información esté construido sobre la ética y posibilite la ciudadanía. De otro modo, será rebasado por el manejo y la acumulación de datos e información de aquellos mecanismos no gubernamentales globales que han disuelto fronteras. Todo ello pone una exigencia