Actualmente dentro del ámbito educativo se ha puesto de relieve que los estudiantes han de alcanzar unas competencias y metas que están generando altos niveles de estrés y ansiedad, razón por la que los centros han manifestado una preocupación por mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, prestando una mayor atención a los factores psicosociales que se encuentran involucrados, siendo la Inteligencia Emocional y la actividad física elementos esenciales. Por ello a través de este trabajo se ha llevado a cabo una revisión sistemática con el fin de conocer el estado actual de la temática, así como los beneficios que reporta la práctica de ejercicio físico a la competencia emocional, y ésta a su vez al ámbito académico. Como bases de datos se ha utilizado la Web of Science, apoyándonos posteriormente de SCOPUS obteniendo un total de 25 artículos científicos, los cuales posteriormente han sido analizados. Llegando a la conclusión de que la Inteligencia Emocional y la práctica físico deportiva, reportan en los estudiantes un estado de bienestar físico, mental y académico, el cual favorece la canalización de frustraciones, así como la facilidad a la hora de tomar decisiones de forma óptima ante las diversas situaciones estresantes a las que se han de enfrentar diariamente, generando un sentimiento de auto-satisfacción por el propio trabajo realizado.