RESUMEN A menudo, el capital humano intelectual emerge de climas laborales y liderazgos organizacionales centrados en la optimización de recursos y como una necesidad de innovar los procesos, con el fin de generar las oportunidades así como desarrollar y consolidar habilidades y conocimientos. En un escenario de flexibilidad laboral, el capital humano intelectual es considerado una respuesta de los talentos más que de los líderes y, por consiguiente, es de esperar una diversificación de capacidades. El objetivo del presente trabajo fue especificar un modelo para el estudio del proceso en comento. Se llevó a cabo una investigación no experimental, con una selección no probabilística de 300 empleados de microempresas del centro de México, área que se distingue por su grado de corrupción, inseguridad, contingencia y riesgos. A partir del ajuste de un modelo estructural, se aceptó la hipótesis nula relativa a la correspondencia entre los hallazgos teóricos y empíricos con respecto a la medición de relaciones entre indicadores y factores, pero solo se logró explicar un 67% de la varianza total, advirtiendo la inclusión de otros factores que la literatura identifica como “capital relacional e informacional”.