La industria manufacturera de la región de América Latina y el Caribe (ALC) enfrenta severos problemas competitivos en su camino hacia la integración en la economía mundial. En líneas generales, la región no ha exhibido un buen desempeño. Si bien todavía presenta el valor agregado industrial regional per cápita más alto del conjunto de los países en desarrollo y, dentro de este grupo, fue la primera región en abrirse al comercio ya las políticas de inversión, en las últimas dos décadas no logró estar a la altura del desafío que le imponía la competencia internacional. Por un lado, se ha ido rezagando detrás de la región más dinámica del mundo en desarrollo: el este y sudeste asiáticos. Por el otro, apenas ha logrado conservar su participación en la producción y exportación globales ante la incursión rápida y generalizada de productos del este y sudeste asiáticos, incluso en sus mercados tradicionales de América del Norte. Más significativo aún es que la industria de gran parte de ALC no haya alcanzado el nivel del este y sudeste asiáticos en términos de actualización tecnológica, lo cual constituye una señal preocupante en una era en la que el progreso tecnológico es el principal impulsor del crecimiento. Hay, por cierto, excepciones, aunque la más notable (el caso de México) se debe a factores especiales que no reflejan una competitividad subyacente; en otros países, a pesar de las recientes mejoras, la industria tiene una actuación por debajo de la media tanto en lo referente a su nivel de competencia como a su potencial.
Este trabajo analiza estas tendencias tomando como parámetro de referencia la competitividad industrial en ALC, por una parte, y en el este y sudeste asiáticos, por la otra, durante la década de los años noventa. Si bien se sabe cuáles son las tendencias generales de la región, aún no se las ha explorado en toda su dimensión. Este estudio emplea varias mediciones del desempeño y de las capacidades competitivas para mostrar las ramificaciones del atraso que muestra ALC en relación con el Este y el Sudeste Asiáticos. No pretende explicar las diferencias regionales en cuanto al desempeño industrial-ya que esto representaría una tarea mucho más extensa y más compleja-, sino tan sólo identificar algunos determinantes estructurales esenciales de la competitividad a fin de poner de relieve factores que tal vez no se tuvieron en cuenta en otros análisis recientes.