Sr. Editor: Hemos leído el interesante estudio de Girón et al1 sobre el tratamiento antibiótico intravenoso domiciliario (TAIVD) en pacientes con fibrosis quística (FQ) y queremos hacer algunas consideraciones al respecto. En primer lugar, felicitar a los autores por el magnífico esfuerzo llevado a cabo para demostrar la eficiencia del TAIVD. Compartimos su opinión acerca de las enormes dificultades que entraña calcular los costes globales de la atención a pacientes de estas características. A pesar de ello, en nuestro ámbito, Oterino de la Fuente et al2 ya demostraron en su momento, con su estudio detallado de costes, que la organización hospitalaria podría mejorar su eficiencia con el trasvase de parte de los recursos que actualmente se destinan a hospitalización convencional a la hospitalización a domicilio. Nos parece importante destacar que, a pesar de que las primeras experiencias en TAIVD se publicaron con pacientes de FQ3, esta modalidad de tratamiento se ha desarrollado ampliamente para todo tipo de enfermedades infecciosas en EE. UU., Canadá, Australia y diversos países de Europa, entre ellos España4. En nuestro ámbito, las unidades de hospitalización a domicilio (UHAD) han llevado a cabo esta actividad de forma predominante. Así, varios grupos han publicado su experiencia en TAIVD. Hazas et al5 en 1998 presentaron una serie de 120 episodios de infección tratados por vía intravenosa. Siguieron los trabajos de Goenaga et al6 con 325 tratamientos antibióticos en el domicilio y, más recientemente, la UHAD del hospital de Txagorritxu de Vitoria describe su serie de 515 episodios de TAIVD7. Nuestra UHAD ha desarrollado un programa de TAIVD desde el inicio de su actividad. En 2005, se comunicó nuestra experiencia con 265 pacientes8. Más recientemente, hemos registrado 323 ingresos por enfermedad infecciosa que recibieron TAIVD desde marzo de 2001 a marzo de 2006 de un total de 3.583. Esta cifra supone el 9% de la actividad global de nuestra unidad. En todos los casos se firmó el preceptivo consentimiento a su ingreso. La edad media de los pacientes fue de 65, 4 años. Eran 126 mujeres (39%) y 197 varones (61%). Una característica de las UHAD que desarrollan un programa de TAIVD es la variedad de infecciones tratadas. En nuestro caso, predominaron las infecciones respiratorias (32%), bacteriemias (21%), infección de partes blandas (15%), procesos quirúrgicos abdominales (12%), infecciones oportunistas (6%), osteomielitis (6%) y otras (8%)(endocarditis, infecciones del sistema nervioso central, etc.). El tratamiento en las UHAD suele hacerse en presencia de personal de la unidad en el domicilio del paciente. Nuestro equipo realizó tratamiento con monoterapia en 204 casos y los 119 restantes siguieron tratamiento combinado con 2 fármacos o más. La duración media del tratamiento parenteral en HAD fue de 9, 8 (2-35) días. La estancia media en HAD fue de 11, 92 días. Los resultados publicados coinciden en que la mayoría de pacientes tratados con TAIVD completan su tratamiento en el domicilio de modo satisfactorio. En nuestra unidad, el tratamiento antibiótico finalizó en el domicilio sin incidencias en 265 ocasiones (82%). En nuestra serie, aparecieron complicaciones relacionadas con la infección en 22 pacientes (7%) que motivaron su traslado a una cama de hospitalización convencional. Los 36 pacientes restantes presentaron complicaciones no relacionadas con la enfermedad infecciosa. No se registraron fallecimientos durante el ingreso HAD de los pacientes con TAIVD. Todos los programas de TAIVD citados en este trabajo contaban con un dispositivo de atención …