Como su nombre lo indica, la “bonanza marimbera” fue un fenómeno criminal que trajo consigo el crecimiento exponencial de los cultivos de Cannabis sativa en la Sierra Nevada de Santa Marta, los cuales para 1979 superaban las 19 000 hectáreas (El Tiempo, 2010). Aunque la bonanza data de finales de la década de 1960 (o inicios de la década de 1970) hasta mediados de la década de 1980, en Colombia se venía exportando marihuana hacia otros países desde los años cincuenta (Pacifista, 2016). La ecorregión de la Sierra Nevada de Santa Marta (en adelante SNSM) fue el escenario por excelencia de esta actividad ilícita por las condiciones que presentaba: su suelo y clima eran propicios para el cultivo de la hierba y su difícil geografía—que se traducía en ausencia estatal—facilitaba el transporte de la mercancía. Este fenómeno coincidió con la llegada de los Peace Corps o Cuerpos de Paz al país, un programa implementado durante la administración de John F. Kennedy que trataba en brindar asistencia técnica en asuntos agrarios, educativos y de salud a más de sesenta naciones en el marco de la Guerra Fría (Verdad Abierta, 2008.; radionacional. co, 2016). Pronto los voluntarios norteamericanos del programa se involucrarían en el negocio que dejó exorbitantes ganancias tanto a ellos como a campesinos pobres de los departamentos del Cesar, La Guajira y Magdalena (El Heraldo, 2012).
En un informe del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), fechado en septiembre de 1975, se menciona la ubicación de 131 pistas ilegales en torno a los cultivos de marihuana de la SNSM (Castillo, 1987). En esa época, los contrabandistas estadounidenses empezaron a llegar en aviones Piper Cubs, Fairchild y Cesna, e incluso en aviones de carga tipo DC3 (Trejos y Luquetta, 2015).